1 de agosto de 2014

cuento y receta

La propuesta que Iván Plademunt nos  hace esta vez es de lo más refrescante. Un helado de zanahoria. Para chuparse los dedos. Y así, chupándonos los dedos salió este GASTROCUENTO.

HELADO DE ZANAHORIA

Aquella mañana de domingo amaneció blanca. Había nevado mucho durante toda la noche. La nieve se amontonaba en las aceras, los jardines, los coches, los patios… Todo estaba cubierto de nieve.

Mayores y niños se fueron despertando alborozados, emocionados, excitados por la nevada y por el día de juegos que les esperaba.

El más excitado fue Mauricio, el heladero, que agarró su batidora de helados y un cable kilométrico y delante de su fachada batió y batió la nieve hasta convertirla en casi crema. Batió tres bolas de tamaños diferentes y las superpuso. Tomó dos galletas de barquillo y formó unos ojos. Tomó una zanahoria grande y alargada y creó una nariz. Tomó su gorro negro de cocina y cubrió la cabeza de su muñeco de nieve.

Aquel domingo en Tabernas, Almería, todos jugaron con la nieve como si fueran niños.

Manuel Castaño.


Aquí tienes la receta de Iván y su Restaurante Imaginario. Ya sabes que puedes compartir tanto la receta como los cuentos. Y que si cocinas la receta nos gustará saber como te supo.

1 comentario:

Ivan Plademunt dijo...

Cuando una receta tiene detrás una historia cobra sentido y vida. Gracias