28 de octubre de 2008
este jueves en la corrala
MERCEDES CARRIÓN
Quizá si alguien no estuvo el pasado jueves con Marissa, y acude a La Corrala, se extrañe de los aromas que le invaden: orégano, canela, café, chocolate (del que se come)…, todos ellos nos los dejó Marissa.Y este jueves, no sólo tendremos la magia de las palabras, si no también, la magia de las manos, la magia de la narradora y maga Mercedes Carrión, un torbellino que no puede controlar que los cuentos se le vayan escapando por la boca.
La cita es a las 21:30 en La Corrala, calle Damas nº 9. Sed puntuales por favor.
26 de octubre de 2008
la crítica de Raúl y de Mª Jesús
Un “bien de altura” en la cabeza
(Raúl)
(Raúl)
Todavía huele mi pelo a orégano… Pensé esta mañana cuando me despertaba. Ayer salí del Café la Corrala -más allá de las once de una noche fría de otoño repentino- con una extraña sensación en la cabeza de querer esconderme en el rincón más cálido y oscuro de una gran tienda de especias. Para saborear tranquilamente el dulce aroma entremezclado de los besos de la persona amada. No sé si estaba soñando todavía…
El caso es que Marissa Amado nos llevó en la noche de ayer a un viaje por las alturas, mientras brindábamos todos juntos por una vida llena de buenos remesones. Desde su Perú natal, con ese acento casi caribeño que dulcifica los oídos, de sabor afrutado, nos quiso inundar con pequeñas historias que producen mal de altura: vértigo, mareo, cosquilleo en el estómago y otras sensaciones aparentemente nada agradables.
Pero… ¡qué sería de nosotros si no experimentásemos -al menos de vez en cuando- uno de esos vuelcos repentinos del corazón! Esos son los remesones: golpes en el alma que al final dejan el poso alegre de un bien de altura excitante en la cabeza. Por ejemplo, cuando te enamoras.
Así nos condujo Marissa hasta el lado mismo de su mamama -su abuela- contándonos historias de amores quinceañeros, quizás reales o ficticios, pero con la magia añeja del recuerdo y la imagen viva de su seductor Jorge Negrete a lo Paul Newman. Le siguió la historia de Manolo y su lista interminable de Reyes Godos, amigos inseparables en su vida y parapeto de sus dudas y de su particualr mal de altura.
Por último nos visitó Clemencia -la tia- sobrevolando los pecados virginales de la eterna amante desde el día mismo de la boda de aquel novio, mezclando oleres de alcoba furtiva y asumiendo su papel de mujer terca antes que puta…
Un placer para los oídos, sin duda. Y es que la magia de contar un cuento es la magia de poder vivirlo desde dentro. Ánimo Légolas, seguid adelante con esta iniciativa y gracias por haberme dejado escribir esta ¿crítica?
Nos vemos en los cuentos.
El caso es que Marissa Amado nos llevó en la noche de ayer a un viaje por las alturas, mientras brindábamos todos juntos por una vida llena de buenos remesones. Desde su Perú natal, con ese acento casi caribeño que dulcifica los oídos, de sabor afrutado, nos quiso inundar con pequeñas historias que producen mal de altura: vértigo, mareo, cosquilleo en el estómago y otras sensaciones aparentemente nada agradables.
Pero… ¡qué sería de nosotros si no experimentásemos -al menos de vez en cuando- uno de esos vuelcos repentinos del corazón! Esos son los remesones: golpes en el alma que al final dejan el poso alegre de un bien de altura excitante en la cabeza. Por ejemplo, cuando te enamoras.
Así nos condujo Marissa hasta el lado mismo de su mamama -su abuela- contándonos historias de amores quinceañeros, quizás reales o ficticios, pero con la magia añeja del recuerdo y la imagen viva de su seductor Jorge Negrete a lo Paul Newman. Le siguió la historia de Manolo y su lista interminable de Reyes Godos, amigos inseparables en su vida y parapeto de sus dudas y de su particualr mal de altura.
Por último nos visitó Clemencia -la tia- sobrevolando los pecados virginales de la eterna amante desde el día mismo de la boda de aquel novio, mezclando oleres de alcoba furtiva y asumiendo su papel de mujer terca antes que puta…
Un placer para los oídos, sin duda. Y es que la magia de contar un cuento es la magia de poder vivirlo desde dentro. Ánimo Légolas, seguid adelante con esta iniciativa y gracias por haberme dejado escribir esta ¿crítica?
Nos vemos en los cuentos.
MARISSA NOS TRASLADÓ HASTA SU TIERRA
(Mª Jesús)
El jueves 23 de Octubre fue la noche de Marissa Amado nacida en Perú. A pesar de los años que lleva viviendo en España, en sus historias se dejaban escapar palabras de su propia cultura: ir a comprar a los “abarrotes” (ultramarinos), jugar a la “polla” (hacer apuestas), saborear los “suspiros de limeña” (dulces típicos), sufrir el “soroche” (el mal de altura)... y así unas cuantas palabras y dichos más, q nos sugerían y evocaban esas tierras de su infancia. A la vez su acento y su calma en relatar las historias, llenaban el ambiente del bar de una nueva musicalidad delicada y sugerente.
Marissa nos trasladó hasta su tierra y nos presentó a su abuela, una mujer elegante y con carácter. Nos contó la historia de los pretendientes que rondaban a su abuela, en especial uno “feo pero el más rico del pueblo” que perseguía a aquella mujer. Nos describió aquel primer encuentro furtivo en una cocina y nos describió tan detalladamente las especies de la alacena que por un momento fuimos oliendo una a una: la canela, el romero, el comino....
Nos trajo después a un pueblo de Santander donde nació Manolo, un amigo de Marissa. Nos contó la historia de la infancia de Manolo y de su empeño por conocer el mar, que le llevó hasta el punto opuesto de la península, a Cádiz. Allí trabajaría haciendo velas y quedaría prendado por los colores de cada una de ellas. Más tarde volvería a su pueblo y allí unos nuevos colores llamarían su atención. Eran los colores vivos de unas figuras de vírgenes y santos sudamericanos traídos por un indiano de vuelta a su tierra, y que decoraban la iglesia. Y por desgracia, cuando la guerra civil estalló, Manolo acabó en la cárcel. Para evadirse de la dureza de su situación, Manolo dibujaba a las vírgenes de su recuerdo y hacía retratos... y esa seducción por los colores y el dibujo convertiría a Manolo en un pintor con el paso de los años.
Marissa nos contó una última historia toda llena de detalles. Y quizás lo que en un primer momento seduce, a lo largo del cuento satura, porque a veces Marissa se perdía en el detalle del detalle, se perdía en las enumeraciones, se perdía en el pasado, se perdía metiendo personajes que luego los dejaba perdidos en la historia... y todo ello entorpecía la narración y la alargaba demasiado, perdiéndose a veces el nudo de la propia historia. Pero demostraba tener una sensibilidad exquisita y ser buena contadora de historias, porque a la vez es una persona observadora y que disfruta escuchando a los demás, disfruta escuchando sus vidas que luego ella nos relata y nos acerca.
Quizás el público no tuvimos la paciencia suficiente para escucharla. Al empezar media hora más tarde por problemas de sonido, ya mucha gente estaba cansada de esperar... y cuando comenzó a contar sus historias y se perdía y se alargaba en los detalles, a muchos les costaba seguirla. Pero quizás sea también porque estamos acostumbrados a que todas las historias tengan que ser rápidas, cortas y con risas al final, y eso encaja con determinados productos televisivos o publicitarios... ¿pero tiene que ser igual en los cuentacuentos? Yo pienso que una historia larga pero contada con buen ritmo, que no rápido, puede ser una buena historia que te marque. Y prefiero la media sonrisa, a la carjacada enlatada y fácil.
Gracias Marissa por tu humanidad y que sigas encontrando a más personas a tu alrededor que te llenen y te enriquezcan.
Marissa nos trasladó hasta su tierra y nos presentó a su abuela, una mujer elegante y con carácter. Nos contó la historia de los pretendientes que rondaban a su abuela, en especial uno “feo pero el más rico del pueblo” que perseguía a aquella mujer. Nos describió aquel primer encuentro furtivo en una cocina y nos describió tan detalladamente las especies de la alacena que por un momento fuimos oliendo una a una: la canela, el romero, el comino....
Nos trajo después a un pueblo de Santander donde nació Manolo, un amigo de Marissa. Nos contó la historia de la infancia de Manolo y de su empeño por conocer el mar, que le llevó hasta el punto opuesto de la península, a Cádiz. Allí trabajaría haciendo velas y quedaría prendado por los colores de cada una de ellas. Más tarde volvería a su pueblo y allí unos nuevos colores llamarían su atención. Eran los colores vivos de unas figuras de vírgenes y santos sudamericanos traídos por un indiano de vuelta a su tierra, y que decoraban la iglesia. Y por desgracia, cuando la guerra civil estalló, Manolo acabó en la cárcel. Para evadirse de la dureza de su situación, Manolo dibujaba a las vírgenes de su recuerdo y hacía retratos... y esa seducción por los colores y el dibujo convertiría a Manolo en un pintor con el paso de los años.
Marissa nos contó una última historia toda llena de detalles. Y quizás lo que en un primer momento seduce, a lo largo del cuento satura, porque a veces Marissa se perdía en el detalle del detalle, se perdía en las enumeraciones, se perdía en el pasado, se perdía metiendo personajes que luego los dejaba perdidos en la historia... y todo ello entorpecía la narración y la alargaba demasiado, perdiéndose a veces el nudo de la propia historia. Pero demostraba tener una sensibilidad exquisita y ser buena contadora de historias, porque a la vez es una persona observadora y que disfruta escuchando a los demás, disfruta escuchando sus vidas que luego ella nos relata y nos acerca.
Quizás el público no tuvimos la paciencia suficiente para escucharla. Al empezar media hora más tarde por problemas de sonido, ya mucha gente estaba cansada de esperar... y cuando comenzó a contar sus historias y se perdía y se alargaba en los detalles, a muchos les costaba seguirla. Pero quizás sea también porque estamos acostumbrados a que todas las historias tengan que ser rápidas, cortas y con risas al final, y eso encaja con determinados productos televisivos o publicitarios... ¿pero tiene que ser igual en los cuentacuentos? Yo pienso que una historia larga pero contada con buen ritmo, que no rápido, puede ser una buena historia que te marque. Y prefiero la media sonrisa, a la carjacada enlatada y fácil.
Gracias Marissa por tu humanidad y que sigas encontrando a más personas a tu alrededor que te llenen y te enriquezcan.
24 de octubre de 2008
más cuentos los viernes y sábados
ALCALÁ CUENTA 2008
Para los amantes de los cuentos os traemos dos intesivos meses de historias hasta acabar el año.
En la web tenéis todos los detalles.
21 de octubre de 2008
este jueves en la corrala
MARISSA AMADO
Después de subirnos a diferentes tronos con Blai el pasado jueves, esta semana nos subiremos aún más alto. Sí, Marissa Amado nos trae suespectáculo "Mal de altura", así que cuidado si tienes vértigo, pues iremos subiendo, y subiendo, ¿hasta dónde?.
La cita es a las 21:30 en La Corrala, calle Damas nº 9. Sed puntuales por favor.
18 de octubre de 2008
la crítica de Lucas Fondón
NOS PUSO LA SONRISA EN LA BOCA
Este jueves La Corrala se volvió a llenar de público y de historias bien contadas. Cuando público y narrador están en sintonía, ¿qué más se puede pedir? Pues eso, que los organizadores sigan adelante con esta bonita tarea. Bien por ellos y ellas.
Hecha esta introducción mitad peloteo mitad laudatoria, creo que debo centrarme en la crítica que los Légolas me han pedido.
Blai llegó desde el Mediterráneo con acento valenciano y con alguna que otra palabra de ésta lengua que quedaba hasta graciosa. Nos hizo una primera parte de tronos reales en la que no dejó títere con cabeza, ningún representante de la familia real quedó al margen. Y se entregó, pues fue extensa en tiempo e historias. A mi particularmente me cautivó.
Tras el descanso Blai estuvo más flojo pues muchas de sus historias eran chistes, muchos ya los conocía, convertidos en cuentos, aunque debo señalar que el público en general los tomó de buen grado. Cuando pensaba que la sesión iba a acabar en este tono volvió a aparecer el narrador que me enganchó al principio y nos contó la historia de la niña enamorad y los cristalitos azules y ohhhhhh, me puso, nos puso la sonrisa en la boca y en el corazón.
Y poco más, que gracias a Blai y que esto de hacer la crítica es más difícil de lo que yo pensaba.
Este jueves La Corrala se volvió a llenar de público y de historias bien contadas. Cuando público y narrador están en sintonía, ¿qué más se puede pedir? Pues eso, que los organizadores sigan adelante con esta bonita tarea. Bien por ellos y ellas.
Hecha esta introducción mitad peloteo mitad laudatoria, creo que debo centrarme en la crítica que los Légolas me han pedido.
Blai llegó desde el Mediterráneo con acento valenciano y con alguna que otra palabra de ésta lengua que quedaba hasta graciosa. Nos hizo una primera parte de tronos reales en la que no dejó títere con cabeza, ningún representante de la familia real quedó al margen. Y se entregó, pues fue extensa en tiempo e historias. A mi particularmente me cautivó.
Tras el descanso Blai estuvo más flojo pues muchas de sus historias eran chistes, muchos ya los conocía, convertidos en cuentos, aunque debo señalar que el público en general los tomó de buen grado. Cuando pensaba que la sesión iba a acabar en este tono volvió a aparecer el narrador que me enganchó al principio y nos contó la historia de la niña enamorad y los cristalitos azules y ohhhhhh, me puso, nos puso la sonrisa en la boca y en el corazón.
Y poco más, que gracias a Blai y que esto de hacer la crítica es más difícil de lo que yo pensaba.
15 de octubre de 2008
en Guadalajara
MÁS CUENTOS
Un año más el Seminario de Literatura Infantil y Juvenil de Guadalajara pone en marcha su programa de narración oral para adultos LOS VIERNES DE LOS CUENTOS. Aquí tenéis el cartel de este año con la programación. Para más información:
14 de octubre de 2008
este jueves en la corrala
BLAI SENABRE
Nos trae historias reales, de esas de la realeza, sobre reales trono y tronos reales. Su humor es ácido como él mismo y su palabra elegante y viva como él mismo también.
La cita es a las 21:30 en LA CORRALA, ya sabéis, en la calle Damas nº 9.
10 de octubre de 2008
la crítica de Santiago
UNA VOZ CÁLIDA, DULCE Y MODULADA
De nuevo he vuelto a disfrutar del espectáculo más barato -tan sólo 1 euro y medio, el suplemento de la consumición- y, sobre todo, del más absorbente. En ningún otro he conocido tal modo de absorberte, de desaparecer de tu propia realidad cotidiana y de la manera más agradable.
El contador nos deleitó con una preciosas y originales historias y, especialmente, con su profesionalidad y su técnica. Una voz cálida, dulce, muy modulada en el contar. Una voz aún más cálida y suave si cabe, a la hora de cantarnos y de acariciar su guitarra, como apoyo, ayuda y complemento del cuento, unas canciones delicadas y de un riquísimo léxico. Como guinda de tanta profesionalidad, su saber hacer con esas preciosas marionetas con que también acompañaba sus cuentos. Esto sí que fue un auténtico tres en uno, vamos...!
Sin duda, fue para mi una enorme satisfacción poder escucharle, poder disfrurle.
Mi "pero"... pero un pero muy muy personal -con lo cual, casi será mejor que no le hagáis ningún caso-, ... pues alguna extraña sensación de que le faltaba empatía con el público, como de algo de frialdad o de distancia. No es en absoluto una crítica hacia Alfredo Becker. Primero, porque como ya dije es tan sólo una impresión. Por otro lado, todos sabemos que el orador puede en un momento dado no sentirse a gusto o con la sala o con el público o consigo mismo o lo que sea... (Y tiene todo el derecho del mundo a ello!). O...porque puede ser tímido quizás, no?! ¿Os parece raro o contradictorio esto de que una persona que actúa ante el público pueda ser tímida? Pues a mi no, de hecho creo que es muy, pero que muy frecuente (pero este asunto ya sería tema de otro artículo). Además...esto de la empatía narrador/público... es como lo de la química entre dos personas, que o se da o no se da y punto, sin que tengamos que saber a qué se debe y sin que tenga que ser responsabilidad de ninguno?
Pues...entonces...eso, en lo que habíamos quedado, que no me hagáis ningún caso!
Eso sí, espero que, como yo, sigáis acudiendo a disfrutar de gente de tanta valía y
profesionalidad. Y a disfrutar de nuestra propia y mutua compañía, claro.
El contador nos deleitó con una preciosas y originales historias y, especialmente, con su profesionalidad y su técnica. Una voz cálida, dulce, muy modulada en el contar. Una voz aún más cálida y suave si cabe, a la hora de cantarnos y de acariciar su guitarra, como apoyo, ayuda y complemento del cuento, unas canciones delicadas y de un riquísimo léxico. Como guinda de tanta profesionalidad, su saber hacer con esas preciosas marionetas con que también acompañaba sus cuentos. Esto sí que fue un auténtico tres en uno, vamos...!
Sin duda, fue para mi una enorme satisfacción poder escucharle, poder disfrurle.
Mi "pero"... pero un pero muy muy personal -con lo cual, casi será mejor que no le hagáis ningún caso-, ... pues alguna extraña sensación de que le faltaba empatía con el público, como de algo de frialdad o de distancia. No es en absoluto una crítica hacia Alfredo Becker. Primero, porque como ya dije es tan sólo una impresión. Por otro lado, todos sabemos que el orador puede en un momento dado no sentirse a gusto o con la sala o con el público o consigo mismo o lo que sea... (Y tiene todo el derecho del mundo a ello!). O...porque puede ser tímido quizás, no?! ¿Os parece raro o contradictorio esto de que una persona que actúa ante el público pueda ser tímida? Pues a mi no, de hecho creo que es muy, pero que muy frecuente (pero este asunto ya sería tema de otro artículo). Además...esto de la empatía narrador/público... es como lo de la química entre dos personas, que o se da o no se da y punto, sin que tengamos que saber a qué se debe y sin que tenga que ser responsabilidad de ninguno?
Pues...entonces...eso, en lo que habíamos quedado, que no me hagáis ningún caso!
Eso sí, espero que, como yo, sigáis acudiendo a disfrutar de gente de tanta valía y
profesionalidad. Y a disfrutar de nuestra propia y mutua compañía, claro.
8 de octubre de 2008
este jueves en la corrala
ALFREDO BECQUER
Que desde Chile nos trae historias de miedo, bueno más bien de horror, de ese horror que da risa. Y se acompaña algún que otro títere que no sabemos muy bien si da miedo o risa.
Lo mejor será acercarse por la calle Damas, nº 9 a las 21:30 y comprobarlo.
Pasadlo bien, o mal.
jornadas del libro infantil y juvenil en Sebúlcor
JUANITO CARACOL
Así es como se llaman estas octavas jornadas que con tanto mimo preparan en este municipio de Segovia. Por allí pasaremos con nuestros talleres de poesía y con el espectáculo CORREVEIDILE.
3 de octubre de 2008
la crítica de JOTA
RECORDÓ QUE LA PALABRA ERA ALGO MÁGICO.
Con cierto sabor a zumo de frutas aún en mis labios escribo estas líneas, narrando lo que Maísa nos regaló.
La noche prometía, las casualidades hicieron que Maísa se convirtiera en la "inauguradora oficial" ya que ésta era la tercera vez que tal hecho ocurría.
Manuel la presentó como contadora de altura por lo que las expectativas no hicieron más que aumentar, pero pasados cinco minutos y confirmados al terminar la noche éstas se vieron plenamente satisfechas.
La noche prometía, las casualidades hicieron que Maísa se convirtiera en la "inauguradora oficial" ya que ésta era la tercera vez que tal hecho ocurría.
Manuel la presentó como contadora de altura por lo que las expectativas no hicieron más que aumentar, pero pasados cinco minutos y confirmados al terminar la noche éstas se vieron plenamente satisfechas.
Maísa nos acunó con un canto de su tierra, con sus gestos nos hizo viajar por el universo enseñándonos que estamos hechos de estrellas, recordó que la palabra es algo mágico que abre cualquier puerta, que el ir a la compra puede ser maravilloso y sensual
Sus ojos y mirar nos llevaron a zocos y nos llenaron de sabiduría, viajamos a una batalla que resultó librarse en un tablero y mostró desnuda a la Luna y su rubor por culpa de un chopo caprichoso y enamoradizo.
Gracias por hacer que la noche supiera a frutas, oliera a incienso y se tornara romántica al ver la Luna, gracias.
1 de octubre de 2008
en el curso de teatro de objetos
Y LOS OBJETOS VIVIERON
Menudo cocodrilo que hizo nuestra querida Carol.
Ensayo del cuento "El ratón y los vientos" de A. Lobel.
Desde hace algún tiempo venimos trabajando en nuestro cuentos con objetos. Así que cuando el FRAC nos propuso impartir un curso de Introducción al Teatro de Objetos nos pareció un gran reto al que no podíamos decir que no. Era una buena oportunidad para investigar y sobre todo para aprender con los participantes.
Ensayo del cuento "El ratón y los vientos" de A. Lobel.
Y eso hemos hecho, experimentar, jugar, dar pasos en falso, construir, crear, poner en escena...
Y sobre todo nos lo hemos pasado fenomenal.
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