27 de agosto de 2009

en la biblioteca de UCLÉS

CORREVEIDILE

Muy cerca de Cuenca y más de la carretera de Valencia a Madrid se encuentra el municipio de Uclés. Un lugar para nosotros casi desconocido hasta este mes de agosto, cuando acudimos allí para realizar una sesión de Correveidile.
Nada más llegar a la Biblioteca nos recibió Teresa, un encanto donde los haya, que como amante de los libros y de su trabajo, e interesada por esto de la narración oral, no solo compartió con nosotros la sesión sino que nos dejó hacer con el espacio, con el público, y hasta con ella misma.


Fue una sesión calurosa doblemente, por los grados centígrados del sol sobre la biblioteca y por la respuesta del público. Nada más hay que ver las caras de los niños y niñas que estuvieron en la sesión. Por cierto, las fotos de esta entrada del blog son una cortesía de la propia Teresa.

Al finalizar nos refrescamos en la plaza, entre música de verbena y chiringuitos de feria, que Uclés estaba en fiestas.

25 de agosto de 2009

en Olmeda de las Fuentes

CUENTOS Y TORTILLAS

Nada más llegar a Olmeda de la Fuentes, bajarnos del coche y empezar a andar por sus calles descubrimos que algo especial se estaba cuajando allí, y nunca mejor dicho, pues algunos vecinos no paraban de hacer tortillas tamaño paella. Como muestra la foto que va a continuación.

Fue una sesión divertida, con un público entregado a las historias y que se dejaban hacer, como las patatas, los huevos y el aceite se dejaban cuajar en el otro lado de la plaza. No exenta de anécdotas, ya que una señora entrada en años cruzó la escena mientras contábamos, no pudimos por menos que saludar, y preguntarle qué hacía ella allí, nosotros contábamos cuentos, pero ¿y ella? Ah! lo mejor fue cuando los micros fallaron y con cara de pánico buscamos al técnico de sonido, que con cara de pánico toqueteó la mesa, los receptores y todo el “istalache”, hasta que descubrió que el feriante que había estado allí con su castillo hinchable antes que nosotros había desconectado de la toma de corriente el alargador pensando que era el suyo. Él también puso cara de pánico cuando recibió la bronca de algún que otro vecino cuya mente estaba en nuestras historias y su estómago en las tortillas, combinación fatal.

Como mandaba la tradición, al terminar la función, hicimos cola y probamos las deliciosas tortillas.