9 de noviembre de 2008

la crítica de Jota

LAS HISTORIAS SABÍAN A CALLE

Siempre quise saber cómo sonaban ciertas cosas en los cuentos, pues bien, el jueves mi vacío quedó lleno. Los Migueles, perdón, Cuentos y Cantos nos trajeron una propuesta interesante.
Por un lado la cosa parecía que iba dirigida a una clase didáctica sobre el amor, ¿cuánto dura? ¿qué es? ¿qué se siente? Y demás preguntas que si bien con sus cuentos no quedaron contestadas si nos dieron distintos puntos de vista.

Por otro lado la música, con ese bajo que acompañaba a las palabras y que expresaba emociones tales como los celos, la euforia, el pesar, la alegría. He de decir que el bajo es un instrumento que me apasiona y que por tanto me cautivó en conjunción con la palabra. Luego cambió a una guitarra portuguesa que tiene nada más y nada menos que doce cuerdas.
Las historias sabían a calle, a realidad cotidiana, donde uno podía verse identificado en uno u otro personaje o incluso en varios de una misma historia.

Al acabar cada cuento Miguel nos miraba, nos preguntaba, nos hacia participar buscando nuestras impresiones, era un debate delicioso donde los cuentos eran los protagonistas.
Sigo sin saber qué es el amor, o cuánto dura, incluso creo que lo tengo menos claro, pero algo me dice que merece la pena intentarlo.

Gracias Miguel, gracias Miguel.

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