HABÍA UNA VEZ
Había
una vez una mujer que vivía los cuentos, le era fácil transportarse a
situaciones ajenas pero tan cercanas a la vez... Por ejemplo, conocía a la Tía
Miseria, porque se la habían presentado sus antepasados y la había visto en sus
viajes a otras tierras. En la actualidad la tenía aquí al lado...
En
algún momento había vivido experiencias íntimas pensando, sentada en el trono
blanco del Sr. Roca...
Y
sabia lo que era el amor, aunque a veces se le olvidara...
Pero
esa mujer anhelaba los jueves de cuento en Alcalá y ayer los Légolas le
concedieron su deseo...
Muchas
gracias por ello.
ELEAZAR OLMO
BURBUJEANTES
La
otra noche pudimos ver a los Légolas en estado puro, frescos, deslumbrantes,
burbujeantes. Fue una sesión memorable, de esas que no quieres que acaben. Hicieron
una primera parte de tradición oral en la que la puesta a punto y el “tuneao”
de historias como La Tía Miseria o El hombre sin Suerte me dejaron con un
regusto bien agradable. Para la segunda parte eligieron cuentos de autor,
alguno bien escatológico pero contado con tanta sensibilidad que me olvidé que
la protagonista era una taza del váter. Y acabaron con un clásico, su clásico,
Lucía Galindo. Mira que les habré escuchado
veces esta historia y no me canso de ella. Siempre me suena diferente, siempre
encuentro matices.
Enhorabuena
Légolas. Y felicidades a La Posada de la Parra por tener un espacio y unas
horas para los cuentos, que ya andábamos necesitados.
LUCAS FONDÓN.
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