PARA ROBERTO
Como
algunos ya sabréis al acabar la sesión de “Animales de compañía” nos damos
cuenta que hemos llegado al final y Roberto, el niño de quien tomamos las
historias no tiene mascota. La mosca Serafina, la Mosca de Gusti, se marchó en
busca del mar, y desde entonces Roberto anda busca que te busca un animal de
compañía. Es por ello que en el final de la sesión pedimos a los niños y niñas
que nos den alguna idea, que nos manden algún dibujo, canción o poema que nos
pueda servir de orientación para Roberto.
En
el año que llevamos con este espectáculo no son muchas las veces que se ha dado
el caso en que aquello que pedimos voluntariamente nos lo envían. Pero estas
pocas veces son de lo más gratificante, por que los correos que nos llegan no
solo traen un poemita o una imagen, traen las palabras de los adultos que
acompañaron a los más pequeños a la sesión y que son los encargados de hacer el
envío por correo electrónico. Palabras sobre lo bien que lo pasaron, palabras
sobre los cuentos contados, palabras sobre ese ir más allá de la sesión que se
produce. En ocasiones se generan debates familiares sobre la conveniencia o no
de un animal u otro de compañía para Roberto. Las familias disfrutan de sí
mismas, dialogan, van más allá de la mera sesión de cuentos.
El
pasado sábado, 9 de junio, estuvimos contando en la biblioteca de la CAM Rafael Alberti,
y allí pudimos disfrutar de la presencia de tres caballeros, los tres con un
polo verde, los tres sentados plácidamente en su butaca. Un papá que con sus
dos hijos habían acudido a ver y escuchar nuestros “Animales de compañía”. Estaban sentados en primera fila y fueron partícipes
de la sesión en todo momento, aportando, comentando, sonriendo… Fue de estas
veces que tienes alguien entre el público que está para comérselo, que decimos
nosotros, y ellos así estaban. Al acabar se acercaron y estuvimos hablando de
los cuentos contados y de las posibles mascotas para Roberto. Nos prometieron
que iban a enviar su animal de compañía. Y lo han hecho.
El
lunes recibíamos con gusto un correo del papá, Fernando, en el que nos
confesaba lo emocionados que habían estado los tres tras la sesión pensando en
los cuentos y en las mascotas. Nos contaba cómo habían ido, en familia, más allá
de los cincuenta minutos de cuentos. Y esto nos llenó de alegría, nos llena. Y
de regalo dos mascotas para Roberto que venían con el correo..
Fernando
Prados, “Fer”, de cuatro años nos manda un conejo Lila, la mar de bonito. Y su
hermano Juan, de seis años, nos propone una ardilla. Conejos y ardillas son
animales que seguro que a Roberto le gustarán. Aquí van los dibujos.
Fernando Prados, 4 años, un conejo.
Juan Prados, 4 años, una ardilla.
Ahora
tan solo nos queda daros las gracias, a Fernando, Juan y Fer, por las mascotas,
por la ilusión y por vuestras sonrisas. Gracias.
Manuel
y Carmen, Légolas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario