Una vez más un pan de Iván Plademunt nos inspiró esta historia. Menuda harina tienen
estos panes que hacen fermentar cuentos a raudales.
Aquí tienes la receta. Y después lee el cuento.
Se encontró al abuelo caído entre las
tomateras del huerto. Se lo encontró sin fuerzas, con la mirada fija en los
tomates, con el alma escapando entre las cañas, con el aliento aún caliente apagándose
en la tierra. Se lo encontró muerto.
No le dio tiempo a despedirse del abuelo.
Desde entonces santifica las tomateras y sus
frutos, cuida de ellas como no pudo hacer con el abuelo, y crea panes con
tomates para despedirse en cada uno de ellos, en cada bocado, en cada aliento.
Manuel Castaño.
Ya sabes que puedes compartir tanto la
receta como los cuentos. Y que si haces la receta nos gustará saber como te
supo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario