La propuesta que Iván Plademunt nos hace esta vez es de lo más refrescante. El
cuento es para leerlo junto al mar, después de comer, en plena siesta. Si no
puedes hacer lo segundo haz la receta, y disfruta leyendo este gastrocuento.
GAZPACHO DE CEREZA CON GRANIZADO DE MENTA
La siesta se impuso
a la sobremesa. Algunos se metieron en la casa buscando una cama. Otros se
tumbaron sobre la hierba buscando la sombra y el arrullo del mar. Por fin se
quedaron solos.
Ella tomó unas
cerezas de los rabillos y se las colocó en sus orejas como si fueran
pendientes. Coqueta, como era ella, le miró.
Él se llevó una hoja
de menta a los labios, la chupó y jugueteó con ella.
Mientras los adultos
dormían los dos niños sentados a la mesa jugaban a enamorarse.
Ya sabes que puedes compartir tanto la receta como los cuentos. Y que si haces la receta nos gustará saber como te
supo.
1 comentario:
Un cuento con tanta frescura y color como la receta!
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