Vayan por delante nuestros agradecimientos al público que un jueves más demostró su ilusión, entrega y saber estar. Ana llenó el espacio de La Corrala no sólo de corazones de cuentos sino además de literatura clásica, de dioses, de mitos y de mucho humor, con un dominio no sólo de la palabra sino también de su expresión corporal. Como prueba la foto.
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