Un cuento para empezar el día, una
receta para el desayuno. La propuesta es que cocines estos deliciosos croissants
de Iván Plademunt, te prepares un buen café o un buen té, o lo que quieras y te
sientes a desayunar y leer este GASTROCUENTO.
CROISSANT
Se enamoraron allí
mismo, en el horno, entre harinas, varillas de mezclar, natas montadas y
azúcares. Se enamoraron nada más conocerse, cuando los dos eran aprendices. Se
enamoraron como solo la levadura sabe enamorarse del agua, la harina y la sal.
Para siempre.
Se enamoraron tanto
que no podían vivir el uno sin el otro. Por eso un día él se pinceló el cuerpo
de mantequilla y se rebozó en harina mientras que ella se desnudaba, se tumbaba
en la mesa de amasar y abría sus muslos para recibirle a él. Y él entró en
aquel horno nuevo, y llegó al vientre, y arqueó su cuerpo esperando que ella le
diera calor. Y ella excitada y plena subió la temperatura de su útero. Y así
hicieron el amor por última vez y para siempre.
Manuel Castaño.
Ya sabes que puedes compartir tanto la
receta como los cuentos. Y que si haces la receta nos gustará saber como te
supo.
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