Sobre "Locuras de Amor"
del Colectivo Escénico Légolas
Desde Altamira nos intercambiamos historias. Es una actividad más común de lo que parece, siempre acabamos contando una en el tren o en el autobús: "Verás déjame que te cuente, todo empezó cuando el tío va y me dice..."
Hablamos por los codos y construimos narraciones; nos contamos las vacaciones, los ligues, la borrachera que pillé. Cuando mentimos estamos creando una fábula. A veces somos cronistas informales de un partido de fútbol o de una pelea a la salida de la discoteca. A menudo, en las postrimerías de las fiestas, en la alta noche se escuchan, guturales, a los prehomos y se cierra el círculo.
Dentro quedan las palabras, gruesas u ociosas, pesadas y picantes, preñadas o libres; atraviesan oclusiones de faringe y buscan receptores en otros espacios.
En Bilborock tuvo una buena entrada el grupo LEGÓLAS de Alcalá de Henares. Sacaron tajada a una sesión de cuentos de título frecuente, asiduo y recurrente en el mundo del arte, "Locuras de amor" fue un encabalgamiento sustentado en las grupas de un buen cuidado ritmo de dos voces que equilibraron la seriedad y la alegría en, por ejemplo, La primera historia de amor. Luego siguieron tiernos amores maduros, escatológicos amores de una taza de water, y el magnífico amor infantil de escuela, divertido y lleno de viveza, con la exactitud deslenguada de las buenas historias que avanzan de manera natural sin tener que enfatizar nada, dejando que todo suceda.
Este grupo sabe que no basta con narrar, narrar es un acto frío; así que acompañaron sus historias con una gestualidad sin histrionismos, con unos silencios elocuentes, y con un decir confabulador de realidades imaginadas que terminó en larga ovación.
Félix Martínez Aristín
FUENTE: http://navegantesdelapalabra.blogspot.com
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