20 de enero de 2012

diciembre a enero

CRÓNICA
del final al principio…

El final de año nos trajo una despedida muy especial, las dos últimas sesiones fueron realmente buenas. La primera fue en la escuela de adultos Don Juan I de Alcalá de Henares. Una sesión matinal, tempranito, el 22 de diciembre mientras los niños de San Ildefonso cantaban los números de la lotería nacional, nosotros contábamos cuentos a un numeroso grupo de personas talluditas. Era la primera vez que, tan temprano, contábamos para adultos, la costumbre es que a esas horas estuviéramos contando en un cole, una escuela infantil o similar. Y en una escuela estábamos, es cierto, y con un alumnado de lo más simpático y agradable. Todo oídos, todo sonrisas, todo carcajadas, todo un placer. Y encima al terminar nos invitaron a un concurso gastronómico intercultural. Mira qué bien. Juan, Amador, no sabéis lo bien que lo pasamos.

Unos días después cerrábamos el mes con “Daniela” en Arganda del Rey. Pues qué podemos decir, que no hayamos dicho ya, que con Daniela se nos cae la baba, que los bebés nos embeben. Y así nos fuimos de diciembre, embutidos en una sonrisa.

El nuevo año empezó regular, una de cal y una de arena. Los “Cinco Lobitos” volvieron a triunfar, y nos embebimos de bebés, mejor, nos emborrachamos. Estrenamos nuevo vestuario para la ocasión, empezaba el año y a estrenar, por si más adelante las primas de riesgo no nos dejan estrenar nada. Luego vino una sesión de cuentos navideños, contratada y pensada inicialmente para el calor de una pecera de cuentos en la biblioteca, y que por alguna decisión política más que cultural acabó en una carpa de circo, con un sonido galáctico, y rodeados de roscones de reyes. Salimos como pudimos. Quizá fuimos la sorpresa escondida entre tanto roscón.

No queremos terminar esta crónica sin mencionar la sesión de Las Matas. Una biblioteca y un personal que son especiales. Las Matas siempre nos da buen rollo. Quizá por eso es allí donde echamos a andar los cuentos nuevos. Y allí echó a andar “La nube de Martín”, de Javier Sobrino, ilustrado por Rebeca Luciani, un libro álbum imprescindible de la editorial Kalandraka, al que ya habíamos intentado meter mano y que parecía querer seguir durmiendo en la cocina de los Légolas. Qué preciosidad. 


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