10 de diciembre de 2011

NANOcuento

PENALTI.

El árbitro pitó penalti.
El delantero tomó el balón entre sus manos y lo depositó en el punto de penalti. 
El portero se ajustó los guantes, miró los palos, respiró hondo. Y en ese momento la mirada de portero y delantero se encontraron. Y en ese momento, ambos supieron que pasase lo que pasase seguirían amándose.

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