Ains!!! La verdad es que a uno le alegran el día cuando abre el correo y se encuentra con un mensaje como este:
“Buenas noches, el otro día mis trillis de 5 años, me pidieron que les contara el cuento del zass, zas,,, y me quedé un poco a cuadros cuando conseguí adivinar que era el que hacéis con el guante, que se súper adorna para casarse con el tul, las perlas y demás. ¿Me podéis decir cómo se llama el cuento?
Seguro que dentro de poco me piden el de los botones o el de los niños miedosos...
Muchas gracias y hasta pronto”.
Los légolas contamos por el placer de contar y siempre reivindicamos que el que escucha, escucha por el placer de escuchar, más allá de estrategias de animación a la lectura o de promoción del libro. Pero cuando llegan este tipo de correos nos damos cuenta de que lo que hacemos, a veces, va más allá de la sesión, o de la hora de cuentos. Las historias se posan y anidan, y esperan a volver a ser contadas, creadas, reinventadas, recordadas y vuelan.
Hoy se nos ha ensanchado el alma y no cabe de gozo.
Para los que os estéis preguntando qué fue lo que contamos y qué es eso del.” zass, zas,,,” aquí os dejamos las referencias bibliográficas:
"Por cuatro esquinitas de nada", Jérôme Ruillier, edit. Juventud.
"Niños Valientes", de Manuela Olten, en edit. Serres.
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