R.I.P.
El último en verlo con vida fue el más joven de la familia. Serían las cuatro de la mañana cuando escucharon el pitido continuado que señalaba el final. Es cierto que ya estaba mayor, pero ninguno se lo esperaba. Todos los electrodomésticos de la cocina tenían el mismo sentimiento: “Descanse en paz el frigorífico”.
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