30 de mayo de 2010

la crítica del ALCALÁ CUENTA

DOS EN UNO



Tim y Charo, Charo y Tim, dos voces que parecen solo una. Y mira que ambos cuentan en lenguas diferentes, pero el caso es que a los cinco minutos de estar en escena te olvidas de que cada uno habla un idioma diferente, y las historias te envuelven con una sola música.
Español e inglés, inglés y español se tornan en un único idioma, es como si con ellos casaran perfectamente. Tim vocaliza y se esfuerza por ser entendido, no solo con una dicción clara, sino con la intención y el ritmo que confiere a las palabras.

Tengo que destacar que este dúo de narradores se compenetran perfectamente, sus voces, sus gestos, su presencia en escena, sus miradas, su atención y escucha del público, están casi, casi medidas. Medidas, pero sin acotaciones estrictas, quiero decir, que a veces dan la sensación de cierta inmediatez en lo que hacen o dicen, de cierta improvisación. Supongo que será cosa de la palabra dicha y del cuento contado, que como bien me parece ir captando se diferencian de otras artes, como el teatro, en que el texto y el gesto son nuevos cada día, sin repeticiones memorísticas. Es un aquí y ahora, como en el teatro, pero con un punto de inmediatez cercana.


¡La leche! Si parece que en lugar de estar haciendo la crítica de la sesión estoy haciendo un discurso en pro de la narración oral. Espero sepan perdonarme, especialmente los Légolas que son quienes me encargan la crítica, ¡qué osados!
Tim es una especie de oso, y entiéndaseme bien, no solo lo digo por ese cuerpo grande y esa voz grave que te invade, sino porque dan ganas de abrazarlo, es como el Teddy Bear que uno se llevaría a casa. Desde luego él te abraza, con sus historias, con su mirada, con su saber estar. Pero sobre todo trasmite con lo que hace o dice un buen rollo, una paz…
Charo es delicada, risueña, con unos ojos y un rostro luminoso, que se pueden ver desde casi cualquier parte. Charo invita a caminar por las historias que van apareciendo, a sentarse al lado de los personajes, a vivir con ellos. Quizá, vital, sea el adjetivo que mejor se ajusta a ella. Y canta, madre cómo canta.
Durante estos años en que he ido siguiendo la narración oral en Alcalá, son varias las ocasiones en que dos o más narradores, como compañía artística, han pasado por aquí, y debo decir, que salvando el caso de nuestros anfitriones, Charo y Tim son los únicos que he visto contar a dos voces, dos voces de verdad, que se convierten en solo una.
LUCAS FONDÓN.




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