Martha Escudero salió a escena en el silencio de los que no saben muy bien qué hacer, si mantenerse callados o aplaudir para recibir al artista, no aplaudimos, mal presagio, pensé. Sentí que la habíamos dejado sola, y que la cosa esta del contar le iba a costar. Me equivoqué. Según abrió la boca su voz demostró seguridad, prestancia teatral, y su cuerpo afirmó lo anteriormente dicho con un saber estar en el escenario que no he visto a otros. Hay narradores de biblioteca, de bar, de teatro y todo terreno. Martha, sin haberla visto en otros espacios, es al menos narradora de Teatro. Lo demostró.
Martha se regaló en cada cuento, en cada canción, en cada verso. Nos llevó de la mano hasta las historias más mundanas, más cercanas, o más inverosímiles. Historias en su mayoría de mujeres muy peculiares, muy singulares. Fíjense que yo le cambiaría el título al espectáculo, ya que si bien todas las historias tienen ese hilo conductor del amor, para mí son más potentes los personajes femeninos, sus vidas y lo que tienen que decir. Más que “Cuando te hablen de amor” diría algo así como “Cuando te hablen de ellas”. Son ellas para mí las verdaderas protagonistas.
No quiero extenderme más pues creo que con lo dicho anteriormente queda clara la profesionalidad de esta narradora oral, tal vez añadir que me sedujo profundamente su acento, el uso que hace de él según le viene en gana a las historias.
A los Légolas decirles que gracias por el regalo, por cambiar la mesa, y que insistan a los narradores y narradoras, que además de los carteles, que traigan un pase de mano, que los que somos amantes de los recuerdos nos gustan mucho, como hizo Félix Albo. Bueno esto último no me lo tengáis en cuenta, mejor ni lo publiquéis.
LUCAS FONDÓN
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